Moreno sostuvo que la región tiene "un gran potencial de crecimiento gracias a la abundancia de sus recursos renovables que ofrecen perspectivas muy beneficiosas para el mix energético" y agregó que "el desarrollo de energías renovables es la mejor opción para satisfacer la creciente demanda del sector eléctrico sin aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar el bloque de tecnologías intensivas en carbono".
Respecto al uso de combustibles fósiles, se prevé que para 2050 hayan desaparecido por completo. "El objetivo es que estas fuentes sean reemplazadas por energías renovables convencionales o no convencionales para beneficio medioambiental y económico, al reducir los altos costes que requieren en este último caso", añadió.
Puntualizó también que en el Caribe "los sistemas fotovoltaicos independientes son un medio para lograr, no solo la posibilidad de electrificar sino de potenciar también un desarrollo económico y social en áreas remotas o aisladas".
La reducción de los precios de las tecnologías para las renovables en los últimos años ha permitido incrementar en gran medida la participación de estas fuentes en la región, y a la implementación de diferentes mecanismos financieros y de inversión que dependen de los marcos regulatorios y legales de cada país. Ejemplo de ello, especificó Moreno, es el esquema PPA (Power Purchase Agreement) o acuerdo de compra de energía, fundamental para el crecimiento de las renovables y de las subastas de energía.
Finalmente, el consultor de OLADE destacó las barreras principales para el desarrollo de las energías renovables: la debilidad institucional en algunos países, la inseguridad jurídica o las trabas burocráticas, las limitaciones de carácter regulatorio y normativo, y la falta de desarrollo de infraestructuras y en los sistemas de transmisión eléctrica.